Desde 2014, he dedicado mi vida a acompañar a personas en su transformación personal y sanación. Pero mi camino no comenzó aquí.

Durante más de 12 años trabajé en el sector de la hostelería, en compañías hoteleras internacionales y gestionando mi propio negocio de eventos y restauración. Desde fuera, parecía que tenía una vida profesional consolidada, pero en mi interior sentía un vacío, una desconexión profunda con mi esencia.

Fue entonces cuando comprendí algo crucial: mi alta sensibilidad no era un obstáculo, sino una brújula. Desde niña, percibía el mundo de manera intensa: las emociones ajenas, los matices en el lenguaje no verbal, los sonidos, la energía de los espacios… todo me impactaba más de lo “normal”. En un entorno que valoraba la rapidez y la productividad, esta sensibilidad me hacía sentir fuera de lugar.

Después de una grave crisis personal y profesional que me dejó paralizada, permití escucharme, entendí que no tenía que encajar en un ritmo que no era el mío, sino crear mi propio camino. Reconectar con mi sueño de infancia y construir una vida alineada con mis valores: rodeada de caballos, naturaleza y serenidad, lejos del ritmo frenético de la ciudad, fue el primer paso hacia mi transformación.

Siguiendo entonces mi intuición y sensibilidad cambié totalmente mi rumbo y me formé en disciplinas que integran cuerpo, mente, emociones y energía, desarrollando un enfoque holístico basado en la regulación del sistema nervioso, la conciencia corporal y el trabajo con mis maestros caballos.